¡Ohh soledad!
vieja amiga que acaricias mi alma,
dulce ambrosia que acompaña mi espiritu,
calienta mi cama esta noche,
luego te abrazare hasta quedarnos dormidos.

Eleccion que otorga serenidad y calma,
entre los tremulos jadeos
de los cielos heridos,
enlace eterno de esta arpia dama,
en el recital herrante,
de un latido efimero
perdido en la tormenta,
cuando todo se torna gris.

El suelo se agrieta bajo tus pies,
¡oh mi amante sincera!,
¡mi mas fiel compañera!,
te lo ruego amiga,
coje mi corazon entre tus manos,
insufla tu aliento de muerte.
Una vez mas,
quiero volver a sentir el gelido
sabor de tus labios,
cuando mi esencia renuncie
a seguir amando.

Cuando todo este sin sentido,
encuentre los colores adecuados,
para recrear tu mirada,
en este lienzo maldito,
que a pinceladas de desesperacion
golpea el piano
de la desolacion.

¡Ohh mi oscura criatura!
que alimentas mi sed,
desierto de abismos plagado,
oasis o espejismo,
que cubre aquello
que a veces llamo mi hogar.

Soledad, a ti te elijo,
a ti me entrego.