Monday, August 09, 2010

Nos recostamos,
la ventana deja entrever,
paisajes que se suceden,
rios que fluyen, erosionando todo a su paso
Las montañas casi se tambalean,
con el traqueteo de las vias oxidadas.
La ojarasca amarillenta
es la manta que abriga,
los parajes inhospitos,
de esta tierra desalmada.

El viaje ha comenzado,
deambulas por los vagones,
en un inutil intento,
de que tus sentidos saturen tu mente
y sus recuerdos,
que golpean el maltrecho estereotipo
de tu persona.

El destino aun no esta marcado,
has comprado un billete para el proximo viaje que saliera,
cargando tan solo con una desgajada mochila,
y las pocas pertenencias que aun consideras indispensables.
han pasado ya muchas horas,
y la curisiosidad empieza a apoderarse de tu mente,
¿necesitas saber cual sera tu parada?
o ¿importa saberlo?
¿cambiara algo?
tu mente trabaja deprisa atacando y debatiendo
sus propios argumentos.
Agotado, comienzas a dirigirte por 1ª vez,
desde que comenzo tu travesia,
a por algo que realmente quieres,
una cervecita bien fria,
que conscientemente escondiste,
al subir.
¿aun estara fria?
seguro que si.





Buscas un buen lugar para disfrutarla,
te dirijes sin dudar,
al ultimo vagon,
te fascinan las vias aparaciendo por debajo
y un horizonte cada vez mas lajano.
Tu mente insatisfecha,
no da tregua,
¿que quieres, playa o montaña?,
tu ropa se adecua mas a......
.....de un plumazo alejo la angustia de mi mente inquieta,
y me deleito nuevamente,
con las sombras que juegan con el atardecer
en un tren a 200 km/h,
no reconozco nada a mi alrededor,
y eso hace, de mi equipaje,
algo liviano,
y de mis agotadoras preguntas,
un interesante libro,
que escribo y olvido.

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